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I ADVIENTO

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1 Domingo de Adviento

 

 

1 Diciembre, 2024

 

 

 

 

 

Adviento

 

 

I

 

 

 

Jeremías 33: 14-16; Tesalonicenses 3: 12-4:2; Lucas: 21: 25-28, 34-36

Estamos en la primera semana de Adviento y la Iglesia nos invita hoy a situarnos entre dos realidades- la primera venida de Cristo que celebramos en la Navidad y la segunda venida que anticipamos al final de los tiempos. Es como si estuviéramos en una balanza- entre la memoria de lo que ya ha pasado y la esperanza de lo que va a venir. La memoria de la primera venida nos da una base por nuestra fe. La esperanza de la plenitud del Reino nos da motivo para seguir adelante en nuestra lucha durante la vida. Tenemos cuatro semanas en Adviento para meditar las muchas venidas de Dios en nuestra vida. Es cierto que Dios viene; debemos estar atentos para no perder la gracia que nos llega en momentos menos esperados. Debemos tomar en serio las palabras de Jesús, “Estén alertas”.

Uno de los mensajes de las lecturas es que, a pesar de la escena espantosa que vemos, los signos indican que la hora de nuestra liberación está cerca. Es una liberación de los vicios y pecados, y la inauguración del tiempo de la justicia. El Evangelio habla de un tiempo de transformación, transformación no del mundo material, sino una transformación de la humanidad, que cambiará de una vida de vicio a una vida de justicia según la voluntad de Dios.

San Pablo habla de esta vida nueva. Dice que es una vida de amor mutuo y hacia todos los demás. Es una comunidad de personas con corazón irreprochable en la santidad, y en compañía de todos los santos. En este nuevo tiempo, viviremos según la voluntad de Dios, y no daremos lugar a los vicios que nos roban la paz y la esperanza. En este nuevo tiempo, tendremos seguridad, confiados en la protección de Dios que ama a su pueblo.

En el Evangelio, Jesús está hablando de lo que pasa aquí en la tierra, no en los cielos. Dice que debemos vivir alertas, mirando los signos de los tiempos. Tenemos que prestar atención a lo que está pasando en nuestro momento de la historia, para estar listos a entender cómo debemos estar comunicando la buena nueva del amor de Dios. En las últimas semanas, hemos visto tragedias de violencia, de clima y de crimen. Especialmente la violencia de humano contra humano nos deja en un estado de duda.

Uno de los signos de nuestro tiempo es el miedo. Las noticias nos anuncian lo peor que los seres humanos pueden llegar hacer a los demás. Entonces, vivimos sospechoso de gente de otro color, de otra religión y de otra raza. En vez de ver vecinos y hermanos, muchos los ven como enemigos. A veces ni podemos distinguir entre personas de otras razas y religiones. Ponemos todos en un grupo que es lejos de nuestra humanidad y actuamos como si no tienen derecho a nuestra compasión y amistad. Tenemos que estar alertas para no dejar que el miedo controle nuestros pensamientos.

Jesús insiste, “Estén alertas”. Debemos estar alertas acerca de lo que tenemos en nuestro corazón. Si es odio y deprecio, ya es tiempo de transformación. Si es envidia, es tiempo de pedir comprensión. Si es egoísmo, es momento de pedir generosidad. Si es preocupación de sí mismo, es la hora de pedir compasión. Si es venganza, debemos pedir perdón. Si es miedo, es el momento de pedir confianza en la bondad de Dios.

Sabemos que los días de nuestra redención ya llegaron con la primera venida de Cristo. Sin embargo, nuestra transformación sigue durante toda nuestra vida. Como dice el Evangelio, “Estén alertas.”

 


Sr. Kathleen Maire  OSF <KathleenEMaire@gmail.com>


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