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DOMINGO XXIX

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XXIX domingo ordinario

 

 

-- 20 de Octubre de 2024

Isaías 53:10-11;
Salmo 33;
Hebreos 4:14-16;
Marcos 10:35-45

 

 

 

XXIX

 

 

Domingo

 

 

B

 

 

 

 


 

 

1. -- P. Carmen Mele, OP <cmeleop@yahoo.com>

2. -- P. Jude Siciliano, OP <frjude@judeop.org>

 

 

 

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1.
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Queridos lectores:

Se dice que el Evangelio según San Marcos se destaca por su cristología y por su trata del discipulado.  Los evangelios de los últimos domingos han destacado el segundo de estos temas.  Espero que esta homilía de modelo captura el espíritu de sus instrucciones.

p. Carmelo, O.P.

EL VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO ORDINARIO

20 de octubre de 2024

(Isaías 53:10-11; Hebreos 4:14-16; Marcos 10:35-45)

El evangelio de hoy sigue el estilo de los últimos dos domingos. Jesús toma a sus discípulos aparte para darles una enseñanza sobre la vida moral.  Hace dos semanas, habló sobre el divorcio y la injusticia que conlleva. El domingo pasado, trató sobre cómo el amor al dinero puede causar la pérdida del alma.  Ahora se centra en la raíz de todo pecado, el orgullo, o si prefieres, la soberbia o egoísmo.  Siendo sus discípulos también, nosotros deberíamos prestar atención de sus palabras para no enamorarnos de nosotros mismos y alejarnos de Dios.

La lectura comienza con una historia penosa.  Como si fueran sorprendidos con sus manos en la alcancía común, los hermanos Santiago y Juan están retratados pidiendo a Jesús los puestos más altos en su reino.  Quieren ser grandes ante el mundo, a pesar de que la Escritura nos advierte sobre el peligro del orgullo. Según un moralista, en la Biblia no son los grandes y orgullosos los que importan a Dios. Más bien, los pretensiosos están destinados a caer.

No deberíamos ser demasiado duros con los hermanos.  Después de todo, la mayoría de nosotros hemos pensado que somos mejores de lo que realmente somos.  ¿Quién de nosotros no ha pedido una nota más alta de que nos dio el maestro?  ¿Quién no ha compartido un “selfie” para resaltar su apariencia en redes sociales como Facebook o Instagram?

La respuesta de Dios a nuestra soberbia podría ser severa, pero no es así. Más bien, nos trata con comprensión. En el evangelio, Jesús pregunta a Santiago y Juan si pueden soportar la prueba que él enfrentará. Ellos, sin entender del todo, responden que sí. Jesús confirma su respuesta.  Seguro que recibirán el Espíritu Santo como apoyo, Jesús les permite sentir su amor.

A continuación, Jesús denuncia a los gobernantes por haber abusado su poder.  No se necesita ser un experto en la Biblia para entender esta crítica. Todos nosotros hemos encontrados a oficiales públicos corruptos. También Jesús acusa a los líderes de la religión de haber oprimido a los sencillos insistiendo en que los dirigentes de su iglesia no deben actuar de esa manera.  Él mismo se propone como modelo. Dará su vida para redimir a los pecadores destinados al olvido.  Sus palabras resuenan con la primera lectura donde el profeta Isaías habla del Siervo Doliente del Señor que “justificará a muchos cargando con los crímenes de ellos”. Esta es la misión de Jesús quien está a punto de dar “’su vida por la redención de todos’”.

Este evangelio es particularmente pertinente hoy por dos razones: una secular y otra religiosa.  Pronto los Estados Unidos incluso Puerto Rico estarán votando para nuevos gobernantes.  La iglesia invita a la comunidad a rezar para los elegidos quienes estarán diariamente tentados a aprovecharse de sus oficios para su propio beneficio.  Al hacerlo no solo negará justicia al pueblo sino también pondrán en peligro sus propias almas.

El papa san Gregorio Magno, en el siglo VII, se describió a sí mismo como “siervo de los siervos de Dios”.  Todos los papas desde entonces han llevado este título, aunque no todos lo han practicado.  Ciertamente, el papa Francisco ha sido ejemplar en el servicio.  Ya está implementando un programa de acompañamiento del clero con el pueblo conocido como “sinodalidad”.  Con el favor de Dios este programa abrirá espacio para que el liderazgo de la Iglesia escuche las esperanzas y las recomendaciones de los laicos.

El año de la lectura del Evangelio de San Marcos está por concluir.  Aún tenemos mucho que aprender sobre el discipulado.  Queremos ser como Jesús para que al fin de nuestra vida nos reconozca como los suyos.

P. Carmen Mele, OP <cmeleop@yahoo.com>

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2.
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“PRIMERAS IMPRESIONES”

DOMINGO 29 (B) 20 de Octubre de 2024

Isaías 53:10-11;
Salmo 33;
Hebreos 4:14-16;
Marcos 10:35-45

por Jude Siciliano , OP

 

Queridos predicadores:

 

He perdido el gusto por las películas de guerra o por las que se muestra cualquier tipo de violencia. Cuando éramos niños, nunca nos perdíamos la última película de guerra: “Sargento York”, “Run Silent, Run Deep” y “Stalag 17”. No quiero parecer un anciano. Entre las películas más recientes se encuentran “War Horse”, “Napoleón”, “Da 5 Bloods”, etc. Además de las vívidas representaciones del conflicto, lo que a menudo nos conmovía a los niños era una escena de sacrificio personal. Por ejemplo, un soldado que se arroja sobre una granada activa para salvar a otros de la explosión, pero muere en el intento.

 

Pero no se trata de películas. ¿Qué mueve a las personas a hacer sacrificios personales, sin recompensa material, por el bien de los demás? Reflexionar sobre ese misterio nos ayudará a adentrarnos en las Escrituras de hoy.

 

La lectura de Isaías comienza con una dura declaración: “El Señor quiso aplastarlo en la enfermedad”. Suena como lo que algunas personas concluyen cuando les sucede una catástrofe: “¿Por qué Dios me castiga?” “Dios está probando mi fe”. ¿Realmente necesitamos un Dios que nos presione para ponernos a prueba? Lo que es aún peor: ¿necesitamos un Dios que se “complace” en infligirnos dolor? ¿Quién querría servir a un Dios así?

 

El texto de hoy de Isaías está tomado del cuarto “Canto del Siervo”. Estos “cantos” presentan a un siervo inocente que sufre voluntariamente para hacer la voluntad de Dios; no con una débil resignación, sino como una forma libremente elegida de romper el poder del mal sobre la humanidad. Isaías habla de un siervo que asume las consecuencias del pecado para liberar a otros. El siervo no es derrotado por la muerte, pero su sufrimiento “justificará a muchos”.

 

Los primeros escritores cristianos vieron en el humilde siervo abnegado de Isaías un claro retrato de Jesús y su ejemplo de servicio humilde, perdón y muerte por el bienestar de los demás. Y más. Como nos dice el evangelio de hoy, nosotros, los discípulos que seguimos a Jesús, debemos estar dispuestos a pagar el precio del discipulado por el bien de los demás. El costo es grande y difícil, mientras nos unimos a nuestro “Salmo Responsorial” rezando: “Señor, que tu misericordia esté con nosotros, ya que en ti confiamos”.

 

La Carta a los Hebreos retoma el mensaje de Isaías. Jesús es presentado como nuestro “sumo sacerdote”, que hizo un sacrificio único y definitivo por nosotros. En nuestro evangelio, Santiago y Juan piden: “Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Hebreos invierte esa narración. Jesús, “que ha atravesado los cielos”, se ha sacrificado por nosotros. Así, en contra de la petición de Santiago y Juan, al hacerse uno de nosotros, Jesús se ha sentado con nosotros, a nuestra derecha y a nuestra izquierda. Como resultado, es capaz de “compadecerse de nuestra debilidad”. Para los judíos, a quienes se dirige la Carta a los Hebreos, Dios estaba completamente separado de nuestra experiencia humana; y era completamente otro. Hebreos afirma que Jesús rompió la separación y se hizo uno con la humanidad, hasta el punto de sufrir y morir por nosotros.

 

Nos estamos acercando rápidamente al día de las elecciones aquí en Estados Unidos. Los candidatos nacionales y locales han estado explicando sus agendas y cómo, según dicen, están mejor calificados para llevarlas a cabo. Los discípulos, Santiago y Juan, suenan muy parecidos a políticos modernos que buscan un alto cargo. Le dicen a Jesús que cuando llegue a la gloria, ellos querrán sentarse en lugares altos, a su derecha y a su izquierda.

 

Los discípulos eran hijos de su época. Ellos esperaban que cuando Jesús entrara en Jerusalén, asumiría el reinado mesiánico y elevaría a Israel a la prominencia mundial. Pero eso no era lo que Jesús quería como conclusión de su ministerio público. En el evangelio de Marcos, Jesús tuvo que aclarar a sus discípulos su papel de siervo. Si querían seguirlo, debían aceptar el aspecto sufriente de su misión. Se imaginaban bebiendo la copa del éxito (Sal 23:5; 116:13), en lugar de la copa del sufrimiento que describió Isaías. ¿Cómo recibirían gloria y honor? Siguiendo a Cristo a través del sufrimiento y la muerte.

 

Nuestra historia como pueblo de Dios está llena de historias de personas que ofrecieron sus vidas, aceptando el sufrimiento para seguir el camino de Jesús. A estos modelos de fe los llamamos “santos”; algunos de ellos recibieron ese nombre oficialmente tras un arduo proceso de investigación eclesiástica. Pero estos son sólo algunos de los innumerables discípulos que han tomado en serio las palabras de Jesús y han actuado en consecuencia. El predicador y los que están en los bancos de la iglesia pueden recordar a otros discípulos ejemplares y ofrecer gracias por los ejemplos que son para nosotros. Han cumplido las palabras de Jesús: “Más bien, el que quiera ser grande entre ustedes será su servidor; el que quiera ser el primero entre ustedes será esclavo de todos”.

 

Hoy, por ejemplo, recuerdo a la misionera laica Jean Donovan, a la hermana ursulina Dorothy Kazel y a las hermanas Maryknoll Ita Ford y Maura Clarke. Hace 40 años, ellas fueron martirizadas durante la guerra civil de El Salvador que causó un derramamiento de sangre generalizado, especialmente entre las comunidades católicas pobres y rurales. El padre Manuel Acosta habló de las mujeres: “Dejaron su cultura, dejaron su comodidad y vinieron aquí a vivir la vida cotidiana de los pobres”.

 

¿No es eso lo que Jesús quiso decir al hablar de beber su copa y ser bautizado con el bautismo que iba a sufrir? (Para una narración más completa sobre las mujeres martirizadas, visite: maryknollmagazine.org)

 

Haga clic aquí para obtener un enlace a las lecturas de este domingo.

https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102024.cfm

 

P. Jude Siciliano, OP <frjude@judeop.org>

 


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